El pasado 14 de noviembre, las IV Jornadas de Puertas Abiertas APS reunieron a clientes, proveedores y colaboradores en un espacio destinado a compartir conocimiento, experiencias y una mirada estratégica sobre los desafíos actuales de la industria química en envases plásticos.
Este evento de gran importancia para nuestro sector, ha contado con ponencias profesionales que abordaron desde el rol del envase en líneas de envasado químico hasta parámetros de control, ajustes críticos y proyecciones de futuro.
A continuación, te compartimos un resumen de los temas principales tratados durante esta edición.
La jornada comenzó con una presentación dedicada a comprender el papel del envase plástico dentro de un sistema productivo complejo como el de las líneas de envasado químico.
Se destacó que el envase no es un elemento pasivo, sino una pieza funcional que influye directamente en la eficiencia, la seguridad y la calidad final del producto.
Durante la ponencia, se abordaron las propiedades clave que determinan el rendimiento del envase: resistencia química, comportamiento mecánico, compatibilidad con diferentes formulaciones y estabilidad dimensional frente a variaciones de temperatura.
También se puso el foco en cómo un diseño optimizado puede reducir mermas, facilitar procesos y contribuir a la sostenibilidad mediante el uso de materiales más eficientes y reciclables.
Los asistentes pudieron ver ejemplos concretos de cómo las mejoras en la ingeniería del envase generan impactos positivos en toda la cadena de producción, desde el llenado hasta el almacenamiento y el transporte.
En definitiva, una línea de envasado químico exitosa debe lograr que la maquinaria y el envase trabajen juntos. Allí reside la calidad del envasado.
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Otro de los ejes centrales del evento fue el análisis de los parámetros de ajuste y control que garantizan un funcionamiento fiable y seguro en las líneas de envasado químico.
La presentación profundizó en la necesidad de implementar sistemas de control precisos para asegurar la repetitividad del proceso, minimizar desvíos y optimizar tiempos de producción.
Entre los aspectos destacados, se trataron:
Además, se presentaron casos reales en los que pequeñas variaciones en los ajustes generaron diferencias significativas en la productividad, subrayando la necesidad de capacitación continua y monitoreo constante para garantizar la fiabilidad del proceso.
El ajuste técnico de tapones fue otro de los temas protagonistas, dado que representa un punto crítico para alcanzar la seguridad del producto final y evitar accidentes y pérdidas económicas significativas.
La ponencia profundizó en cómo el diseño del tapón, el par de apriete, la calidad del envase y la compatibilidad entre ambos elementos determinan el rendimiento del cierre en condiciones reales.
Además de explicar las variaciones posibles en materiales, geometrías y tolerancias, analizando su efecto sobre el sellado, se hizo hincapié en que el cierre debe ser un elemento que añada valor al envase y a la empresa.
Asimismo, se destacaron las mejores prácticas para la regulación de taponadoras en función del tipo de rosca y del contenido a envasar, especialmente en productos químicos que requieren máxima contención.
El objetivo es evitar problemas habituales en las aplicaciones como el descentramiento.
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La eficiencia del etiquetado fue abordada desde una perspectiva integral, vinculando el diseño del envase, la calidad de la etiqueta y la precisión de la maquinaria.
Se analizaron las particularidades de trabajar con envases para productos químicos, que en muchos casos presentan superficies complejas o requieren materiales específicos para garantizar la adherencia.
No olvidemos que en el sector fitosanitario, el etiquetado no es una simple decoración, es información crítica: advertencias, composición, trazabilidad, códigos, fechas, etc. Un simple error implica riesgo legal, económico y de seguridad.
Por ello se profundizó en los principales parámetros a ajustar en las etiquetadoras —velocidad, presión, alineación y tensión del material— y cómo estos influyen en el resultado final.
Se recordó que el rendimiento del etiquetado depende, en gran parte, del envase. Su geometría, material y calidad de su superficie determinan si la etiqueta queda estable, legible y sin defectos.
Cuando un envase está bien diseñado para ser etiquetado, se maximiza la eficiencia y rentabilidad de la línea. Por ello la etiqueta debe estar diseñada para el envase y viceversa.
Una mala combinación puede generar fallos, que siempre suponen sobrecostes. Por el contrario, una selección correcta evita problemas desde el minuto uno.
Además, los participantes conocieron ejemplos concretos de optimización donde una revisión conjunta entre proveedor de envase y maquinaria permitió mejorar la estética del producto, reducir rechazos y aumentar la eficiencia operativa.
Para cerrar la jornada, el equipo de APS compartió con los asistentes una visión estratégica del futuro de la compañía. Se repasaron las mejoras implementadas durante el último año, especialmente en materia de innovación de procesos, calidad y servicio al cliente.
También se hizo hincapié en el avance de proyectos internos vinculados a la modernización tecnológica, la automatización y la mejora continua de la capacidad productiva.
En APS apostamos por el crecimiento y la innovación. Por eso, queremos seguir dando forma al futuro a través de envases de última generación que prioricen la calidad y la seguridad.
Se aproximan novedades importantes que reforzarán nuestro posicionamiento como referente en soluciones de envasado para la industria química.
¡Te invitamos a estar atento en nuestras redes y sitio web para ser el primero en conocer los nuevos desafíos en los que estaremos trabajando!
