El plástico, ese nuevo material que se desarrolló de forma exponencial a lo largo del siglo XX por sus características excepcionales de durabilidad, facilidad de manipulación, buena resistencia y coste inferior para sustituir materiales que empezaban a escasear, encuentra en una sociedad acomodada el vehículo perfecto para su evolución y utilización en ámbitos, hasta entonces, impensables: piezas para automoción, bolígrafos, bolsas, botellas, contenedores y envases, herramientas y piezas de bricolaje , jardineras, juguetes, artículos de menaje y hogar, monturas de gafas, piezas industriales, recubrimientos y tuberías, zapatos, botiquines, catéteres, prótesis, rinoplastias, sondas terapéuticas, impermeables, discos y CD’s…
Durante los últimos años, ha ido creciendo la idea de que el plástico debe desaparecer de nuestra vida cotidiana. La enorme cantidad de plásticos que acaban en el medio ambiente cada día, contaminando tierra, mares y ríos, ha sacudido nuestras conciencias, movilizando a la sociedad y haciendo correr ríos de tinta.
Sin embargo, frente a este movimiento “anti - plástico”, ha surgido otro que clama “No culpes al plástico”. Bajo esta consigna se pretende informar a la población, no solo sobre los infinitos beneficios que el plástico ha aportado y aporta a la sociedad actual, sino también sobre su correcta utilización y reciclado para evitar que acabe contaminando el medio ambiente sin tener que prescindir de él.
Gracias al plástico, muchos de los sectores esenciales en nuestra sociedad actual como la salud o la automoción, han podido evolucionar utilizando un material que aporta una reducción de las emisiones del CO2, un ahorro de combustible en el transporte de los producto con él fabricados así como de consumo de materias primas y que además consigue una reducción de un 35% de los alimentos desechados gracias a sus aplicaciones en el envasado de productos de la alimentación, por ejemplo.
El plástico es uno de los materiales más reciclados en el mundo, e incluso cuando ya no es posible reciclarlo y se convierte en residuo, se estudian y se ponen en marcha alternativas para valorizar ese residuo con el objetivo de contribuir a una economía circular. No contaminar el medio ambiente depende de todos: del usuario final haciendo un buen uso y reciclaje de los productos consumidos, y de la industria, trabajando en ecodiseño e intentando encontrar alternativas viables para fabricar productos ecosostenibles.
Fluoración por plasma, la respuesta sostenible
Algunos productos químicos agresivos generan gases en el interior del envase de plástico, por lo que éste debe tener unas características excepcionales tales como determinadas propiedades barrera, para no deformarse o deteriorarse.
Una de las tecnologías más utilizadas a lo largo del siglo XX para conseguir estas propiedades barrera ha sido la coextrusión multicapa, si bien hoy día plantea ciertos inconvenientes en cuanto a su reciclabilidad al mezclar diferentes materiales en su composición. Los envases fabricados mediante coextrusión multicapa precisan un tipo de reciclaje químico ya que no es posible reciclarlos de forma mecánica, siguiendo la cadena de recuperación-separación-clasificación – molienda - lavado - reciclaje .
El reciclado químico, aunque a priori de elevado coste en este momento, tiene por contra un aspecto positivo a tener en cuente y es que estos envases no llegan a acumularse en los vertederos sino que se propicia un control del material que no llega a convertirse en residuo sino en nuevo recurso.
Pero la industria de transformación de plástico ha seguido evolucionando para simplificar y ofrecer nuevas alternativas desarrollando y mejorando las tecnologías existentes para poder ofrecer una nueva tecnología, la fluoración por plasma.
Con la fluoración por plasma, es posible dotar con propiedades barrera a un envase de plástico de un solo material (HDPE), permitiendo así, que se pueda utilizar como envase de productos químicos, como los agroquímicos, dándole una mayor resistencia al contacto con dichos productos, a los cambios de temperatura y presión ambiental y evitando la permeación del vapor de agua y oxígeno.
Todo esto, haciendo que el envase siga siendo 100% reciclable y con un proceso de fabricación respetuoso con el medio ambiente.
La Fluoración por plasma combina las ventajas de reciclaje de los envases monomaterial de HDPE con las de los envases con propiedades barrera que, aunque resultan imprescindibles para determinados productos, plantean nuevos retos para su reciclaje.
Adaptación de la industria plástica
La tecnología de fluoración por plasma aplicada a la fabricación de envases de plástico es novedosa e innovadora.
En Alcion Packaging Solutions hemos decidido implementar esta nueva tecnología de fluoración por plasma en nuestras planta de Aldaia (Valencia) para proporcionar una alternativa sostenible a la industria, y para conseguir envases más resistentes para los sectores más exigentes del mercado: el agroquímico y el industrial.
Contamos con una gran experiencia en innovación y desarrollo de nuevas tecnologías apoyados en nuestro departamento de I+D+I. Nuestra trayectoria de 75 años avala nuestro compromiso con la sociedad y con la industria a la que también aportamos soluciones personalizadas para desarrollar cualquier tipo de envase de plástico para cualquier sector de actividad.