¿Sabías que el reciclaje mecánico es una técnica eficiente de manejo de residuos plásticos que fomenta la economía circular?
Descubre en esta nota todos los detalles.
¿Qué vamos a ver?
Según marca la Agenda 2030 de la Unión Europea, todos los envases de plástico deben ser reciclables o reutilizables para esa fecha.
Frente a ello, el reciclaje mecánico se posiciona como una buena estrategia para alcanzar estas nuevas exigencias y normativas que están teniendo un fuerte impacto en el desarrollo del sector plástico.
Esta práctica hace referencia a un proceso de recolección, limpieza, fusión y transformación de los desechos plásticos, convirtiéndolos en un nuevo material que será utilizado por segunda vez.
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Estamos hablando de un proceso de transformación de los residuos plásticos que se mantiene en constante evolución y que permite la producción de material nuevo para ser utilizado en la fabricación de nuevos productos plásticos: embalajes, bolsas, pavimentos, autopartes, herramientas, y un largo etcétera.
El reciclaje mecánico de productos de plástico promueve grandes ventajas para el medioambiente, evitando la acumulación de residuos y deshechos, que es uno de los mayores problemas de contaminación a nivel mundial.
Pero, además, esta práctica también trae ventajas para las comunidades y grandes beneficios a las empresas que optan por productos reciclados o que pueden reciclarse.
Veamos las ventajas más importantes que el reciclaje mecánico de los materiales plásticos provee a las personas, el planeta y las empresas.
El reciclaje mecánico es un proceso de varias etapas. Ellas son:
Este es el paso uno del reciclaje mecánico de plásticos. Se trata de su separación por tipología, es decir, se clasificarán de acuerdo a la resina que contienen: HDPE, LDPE, LLDPE, PP, etcétera.
También serán separados de acuerdo al color y la forma, por ejemplo, plástico duro, bolsas, foam, etcétera.
Tras la clasificación de cada tipo de plástico, se inicia la etapa de fragmentación en pequeños pedazos de plástico que pasarán a la siguiente etapa.
Los fragmentos de plástico son lavados con agua con el objetivo de eliminar impurezas y contaminaciones.
Después de ser lavados, los plásticos inician un proceso de secado mediante una maquinaria especial que les permite mantener una humedad controlada del 3-5% para la siguiente fase.
En la etapa final, los plásticos secos son derretidos por calentamiento a través de una máquina extrusora donde se transportan mediante un tornillo sin fin a una matriz que crea filamentos continuos que son enfriados con agua a temperatura ambiente.
Finalmente son cortados en una máquina granuladora que forma los gránulos de material plástico reciclado que serán envasados.
Si bien el sistema de reciclaje mecánico está muy extendido y desarrollado, existen alternativas para aquellos materiales cuya reciclabilidad mecánica es imposible. Se trata del reciclaje químico. La diferencia más importante entre reciclaje mecánico y químico es el proceso que emplean cada una de estas técnicas de reciclado.
Mientras que el proceso mecánico mantiene estable los polímeros, el químico los descompone y luego los reagrupa.
Otra diferencia clave es el mayor coste que hoy por hoy tiene el reciclaje químico, lo que tiende a limitar su utilidad en muchos presupuestos. Incluso más del 90% del material reciclado en Europa proviene del reciclaje mecánico.
No obstante, no se trata de tecnologías sustitutivas sino complementarias en sí para conseguir obtener tasas más altas de recuperación de materiales y evitar así que los materiales plásticos sean considerados como residuos y acaben en el vertedero. Todo apunta a que las investigaciones sobre el reciclaje químico nos hacen ser optimistas para creer que podemos conseguir alternativas económicamente viables e industrializables en un futuro próximo.
Podríamos afirmar que el reciclaje mecánico es sinónimo de economía circular.
Si tenemos en cuenta sus ventajas para el entorno, comprenderemos que se trata de un proceso que, al permitir reciclar desechos y crear nuevos materiales que puedan utilizarse de nuevo, impulsa un beneficio clave: la sostenibilidad de los negocios y del medioambiente.
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Además, ahorra el consumo energético y reduce las emisiones generadas por los procesos de refinación y fabricación.
Reduce, Recicla y Reutiliza son 3 pilares esenciales para la economía circular. Y es el reciclaje mecánico una opción muy extendida que promueve estas prácticas.
Desde APS buscamos colaborar responsablemente con la economía circular. Formamos parte y participamos en proyectos clave para lograrlo. Claro ejemplo de ello es el Proyecto “Envase X Envase”.
El proyecto busca alcanzar la desclasificación de residuos peligrosos y su integración total en nuevos envases para el fomento de la economía circular en el sector agroalimentario. ¡Te invitamos a conocerlo!
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